domingo, 27 de junio de 2010

La Caverna de Saramago


Hace unos diez años leí La caverna. Novela escrita por el premio nobel portugués José Saramago. Me pareció una novela exquisita, en que se conjugan de manera acertada el fondo y la forma; las técnicas modernas con los modos de la novelística clásica. En La caverna, se desarrolla una temática universal, tratada con tino, inteligencia y sencillez.
La novela presenta las vicisitudes de una familia de alfareros que enfrenta los irremediables procesos que trae consigo la globalización. Viven ese desplazamiento que de modo terrible los margina, los convierte en seres inútiles. La paciencia y la obstinación del viejo Algor, la soledad, la nostalgia, la vejez vivida con sobriedad y orgullo, son los temas que página a página, van hilvanando un relato que se repliega de manera sutil, en el que se plantea el problema filosófico del hombre moderno, frente a los avatares de la industrialización, el consumismo y la producción en serie.
En sus páginas, encontramos ambientes rurales y urbanos en constante enfrentamiento. Con un lenguaje transparente, poético, Saramago nos describe ámbitos cotidianos: la poderosa ciudad con su gran centro comercial, sus edificios, sus avenidas abarrotadas, su velocidad y su desquiciamiento; por otro lado, la periferia, los barrios pobres, las calles sucias, los pueblos lejanos en que la vida campestre palpita, con sus casas de barro y sus hornos y su lentitud milenaria.
Una de las cosas que me llamaron la atención al momento de leer por primera vez esta obra, fue la manera como el escritor portugués introduce los diálogos. En tal sentido, se emplea el diálogo indirecto, el cual se inserta sin ningún tipo de señalización, tales como las comillas o los guiones. En efecto, éstos se presentan separados por comas, en donde la entrada de cada personaje se inicia con letra mayúscula. Aunque debido a esto, los párrafos suelen ser un tanto largos para mi gusto, la lectura se desarrolla con fluidez y dinamismo.
Vale acotar que como lo hace entrever el propio Saramago en su epígrafe, esta obra toma como uno de sus gérmenes fundamentales, el mito de «la Caverna» del filósofo griego Platón. Este mito plantea que la mayoría de los seres humanos vivimos de espaldas al mundo del conocimiento, conformándonos solamente con lo poco que podemos captar a través de nuestros domesticados sentidos. Según esta metáfora, nuestros racionamientos son superficiales, heredados de una sociedad que valora bien poco la verdadera búsqueda del saber, y el desarrollo de una epistemología que nos conduzca a comprender lo que fuimos, lo que somos, lo que podemos llegar a ser.

jueves, 17 de junio de 2010

La perfección cuentística de Ednodio Quintero





El mundo literario de Ednodio Quintero es el resultado de años de trabajo y disciplina. En efecto, si algo caracteriza a este escritor trujillano, además de su talento, es su capacidad de autocorrección. Si bien es cierto que este proceso es parte del trabajo literario de todo escritor, en Ednodio Quintero, alcanza visos de obsesión. Muchas de sus obras se han tejido tras años de rescritura, en esa lucha tenaz con la palabra, en procura de la frase perfecta, el ritmo ideal, la alquímica transferencia de un imaginario infinito a los códices de lo literario.Ednodio Quintero, además, nos presenta ambientes de agreste belleza cuyos referentes nos hacen evocar sierras acariciadas por la neblina, ríos furibundos que atraviesan valles y llanuras de ensueño, en donde el hombre pende como un fruto más, condicionado por las fuerzas de lo telúrico. Sus primeros cuentos, en su mayoría, se erigen condimentados por lo real fantástico. Juego onírico en que Quintero se mueve como pez en el agua. Textos como Gallo pinto o El hermano siamés son ejemplos de este coqueteo de Ednodio Quintero con las técnicas y los registros de la literatura desarrollada por los autores de boom de la novelística latinoamericana de los años 60. Pero lo de Quintero no es mera imitación. Si algo germina en sus textos, es una originalidad transparente y lúcida. Una manera de expresión narrativa avasallante, que configura una obra genuina y de total simbolismo. Ednodio Quintero nació en 1947. Es narrador, ensayista y profesor de la Universidad de los Andes- Mérida. Entre sus obras encontramos: La muerte viaja a caballo, Cabeza de cabra y otros relatos, El rey de las ratas, El combate, Mariana y los comanches, La danza del Jaguar, entre otras. Sobre su obra Carlos Sandoval, afirma: «Con una prosa inequívoca al servicio de una imaginario proverbial, su obra constituye un punto de inflexión en el proceso de la narrativa venezolana reciente.»Acercarse a la literatura de Ednodio Quintero es atestiguar el resultado de una búsqueda constante, infinita. De una vocación desbordante por acoplar de manera magistral los elementos literarios hasta lograr una literatura certera, profunda, humana (El Diario de los Andes, 18/05/2010).-