sábado, 22 de noviembre de 2008

Recuerdo

Dos días después de haber aterrizado en el D.F., fuimos a almorzar a un restaurante de comida criolla. Mi mamá siempre me había comentado que su ambición de juventud era conocer México: la tierra de Antonio Aguilar, de Octavio Paz, de Cantinflas… “La tierra del aguacate” dije, mirándola con picardía, mientras me lanzaba el primer bocado…
Ella me miró con ternura. De pronto, un aura de tristeza se instaló entre ambos. Decidí hablar de otra cosa, de la universidad, de literatura. Lentamente sus manos se posaron sobre las mías. Sus ojos se transformaron en un par de gotitas, bellas, amargas. El recuerdo de papá ocupó la silla vacía. Entonces tuve la certeza de que el drama, volvería a repetirse…

sábado, 15 de noviembre de 2008

Hagan todo lo que quieran...

"Hagan todo lo que quieran: escalen montañas, crucen ríos, caminen por la sabana, pinten un buen cuadro (aunque no sepan pintar), escriban un libro (aunque no se sepan escribir un buen libro), sonrían, canten, compartan en exceso con familiares y amigos,aprendan a tocar guitarra, conozcan el país de punta a punta... ya habrá tiempo para descanzar...se los aseguro"

(Foto: en el Pico Espejo, Sierra Nevada de Mérida, agosto de 2000)

martes, 11 de noviembre de 2008

Como un be labial mayúscula...

A mediados de los noventa David Benavides conoció a Pamela Hernández. Desde ese momento su vida no fue lo de siempre; en realidad, ésta dio un vuelco extraordinario, como si todo lo que era él hasta entonces no fuera más que la puesta en escena de un guión escrito por alguien de afuera, algún narrador omnisciente o algo así...

Ella no era tan distinta a todas las chicas del barrio. Aunque estaba buenísima. Esa noche llevaba un pantalón pegadito a su figura, a unas caderas flexibles y carnosas, a unas nalgas redondas y sobresalientes, como una be labial mayúscula, en el centro de un renglón de bes labiales minúsculas... Ella fue su tragedia, como suele ocurrir. Él fue un capítulo más en su vida, andariega y vivaracha: el actor secundario que calibró sus sentidos, aupó su belleza y le legó un sin fin de objetos que ella fue organizando en su mesita de noche como para una exposición...

lunes, 3 de noviembre de 2008

1999



Quién iba a imaginarse que tenías quince. Que debajo de aquel sudoroso esperpento palpitaba un corazón apasionado y altivo… Que nadie comprendía esa condición sincera de tu alma, de tu alma festiva y torpe, más allá de los bacalaos de la pena… Tenías quince, en tanto que desde el ojo de mi polaroid te eternizaba… Que ni tus hermanos, peces de piscina, quienes rompían la corriente con sus cuerpos de daga, hubieran comprendido la señal… Recuerdo el sol, el vaivén, la alameda, dónde estarás muñeca triste, dónde estarás…

domingo, 2 de noviembre de 2008

hombre con reloj de fondo

Es tan difícil comprenderlo. Que cada uno busque lo mejor, es una manera de avanzar hacia aquello que pudieramos llamar progreso. Que cada uno busque mejorar sus competencias como profesional, su manera de vivir, de ser, es algo natural; una característica intrínseca al acto de vivir...

(afuera está haciendo tiempo de lluvia, los relojes me vigilan con sus ojos rasgados)