miércoles, 31 de marzo de 2010

Mi casa es un árbol antiguo (I)


Mi casa es un árbol antiguo
En ella florece la rosa de los vientos,
El corazón del verano:
La espiga inerte de las acequias.
Cada día, es la exaltación feliz
El trino de aves prodigiosas,
Sueños al vuelo, desandando en regiones
de estrellas disímiles.

Las ventanas se abren al campo, al sol que dora los trigales inermes.
Es una maravilla contemplar la línea azul en desbandada, el horizonte que se funde
En atmósferas de gris.

Entre la albacea y la nube de la tarde se perfila un combate.
Una bifurcación de arenas, de pueblos que navegan al ras de los acantilados.
Se devora a sí mismo el aullido multiforme, la lluvia que traga los cimientos,
Inunda el terraplén de las hormigas, ojos multiplicados de afán
Bajo la canícula de octubre.

Mi casa se irgue sobre el mar, sobre el estero, en la pradera solitaria
Como volcán oscuro y milagroso que reciclara su magma
En crepúsculos ahítos de afán y desamparo.

viernes, 26 de marzo de 2010

Ella y las flores





Condenado a mirarte entre sendas furtivas.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Avatares

Ya no le importaba nada. Apenas la noche caía sobre la ciudad. Tendría el tiempo suficiente; la cuartada perfecta. Nadie podría imaginarlo. Después de todo, su actitud era la de siempre. No habría rasgaduras ni conatos de incertidumbre acerca de su inocencia, de su total indefensión frente a la inesperada circunstancia.
Debía actuar sin miedo, pero al mismo tiempo con cautela. A esa hora en que los jóvenes enamorados miran la tele. El momento en que el viejo de la panadería estaría dormido frente al chisporroteo de la pantalla. Las horas que preceden al sueño. El instante en que las mujeres acuestan a sus hijos y les desean feliz noche y luego los arropan, con dejos de ternura o cansancio.
Con la mano temblorosa, la figura agazapada irrumpió por la parte trasera de la casa. Una semana antes había enviado a Bruno adonde sus padres. Allí puede correr y saltar con mayor libertad; los perros nacieron para ser libres, dijo con convicción, mientras ella se perdía en un prado de pensamientos disímiles…
Nadie lo sospecharía. A los pocos días, todo retornaría a la normalidad. La muerte habría cumplido puntualmente con su deber, con su función ineludible. Los diarios locales le darían el espacio correspondiente, nada más: El cadáver de una mujer fue hallado en extrañas circunstancias… Luego sería cuestión de tiempo.

lunes, 22 de marzo de 2010

Internet y la Lectura



Para quienes llevamos años promoviendo la lectura como una de las herramientas fundamentales en el desarrollo integral de los individuos, y que día a día debemos enfrentar la desazón de encontrarnos con jóvenes apáticos ante tan importante actividad, hoy nos tambaleamos ante un nuevo dilema: la revolución de Internet, que ya se perfila como uno de los nuevos obstáculos, o tal vez, como una prodigiosa posibilidad en la ardua tarea de “formar” nuevos lectores.
Últimamente, escritores, periodistas, profesores y personas allegadas al mundo de las letras en general, se han referido a este asunto. Algunos con desdén y suspicacia; otros, con un interés inusitado, febril. Al leer estos comentarios y opiniones, muchos de los cuales, dicho sea de paso, han sido publicados en blogs o en revistas digitales, he llegado a algunas conclusiones que quisiera compartir con todos ustedes.
Mi primera conclusión tiene que ver con la gran posibilidad que nos ofrece la red de redes. Y es que gracias al twitter o al facebook, por ejemplo, se pueden entablar conversaciones enriquecedoras, en las que se producen intercambios de saberes de gran factura, y en donde el código y el medio utilizado es la palabra escrita. Por otra parte, cualquier persona puede acceder a gran cantidad de material de diversos géneros, autores y temas con sólo escribir la dirección correspondiente en google, algo que hasta hace algunos años, era imposible.
Pero existen otras aplicaciones y servicios que utilizados con tino y eficacia pueden llegar a convertirse en fascinantes herramientas educativas en la formación de lectores autónomos, tal es el caso de los blogs o páginas personales. Con la masificación de los blogs se ha erigido un proceso de escritura y lectura novedoso y en constante crecimiento. Muchos buenos escritores publican sus textos en la Internet, lo que permite que cada vez más lectores disfruten de los beneficios que ofrece la literatura en todas sus vertientes.
Aunque no todo sea positivo es indudable que la Internet, al igual que anteriores adelantos científicos y tecnológicos, puede considerarse un gran paso entre una sociedad atrasada, mediocre, y una sociedad que avizora un futuro signado por el progreso intelectual y por un mejor nivel de vida para todos sus ciudadanos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Una prosa para Chile

Chile es un país rico en poetas y escritores como Huidobro, Neruda, Bolaño. Un país en que la naturaleza se expresa en todo su esplendor, en donde la convergencia del desierto y la nieve, la pampa y la cordillera, lo convierten en un lugar de extremos contrastes, de fabulosos paisajes y horizontes. Su gente es amable y cordial; siempre con una sonrisa franca, y un abrazo acogedor.
Pero hoy Chile está de luto. Pues apenas estamos despertando de la pesadilla de Haití, cuando el país austral es sacudido por un terremoto, que según los expertos, ha sido 50 veces más poderoso que el que azotara a la isla caribeña hace casi dos meses atrás.
¿Acaso estos terribles acontecimientos naturales significan algo más que lo que los sismólogos explican desde sus pesquisas y razonamientos científicos? ¿Es posible que estos sean los signos de que debemos conscientizarnos, de una vez y por todas, acerca de nuestro papel en el planeta? ¿Hasta cuando seguiremos actuando de espaldas a los procesos biológicos que durante siglos han permitido la vida sobre la tierra?
A veces las palabras no bastan para mitigar tanto dolor, para esclarecer tanta incertidumbre. Así pues, es preciso que cada ser humano reflexione profundamente, pues la vida es una sola y exige acciones concretas que legitimen nuestro sino como seres pensantes, racionales, sin olvidar esos grandes pilares de la vida, como lo son el amor y la solidaridad. Sin duda, estas catástrofes desnudan nuestras fragilidades y nuestros miedos. Nos hacen abrir los ojos bruscamente y caer en la cuenta de que somos infinitamente pequeños y vulnerables ante los azares de la vida. De allí la necesidad de vivir al máximo cada minuto de existencia; de luchar por nuestros sueños y metas más preciadas. Ya llegará la muerte, esa realidad inevitable; ese recuento hostil pero innato a nuestra condición humana. Entre tanto, pidamos por nuestros hermanos chilenos, y enviémosles un abrazo cargado de fe y mucha esperanza...