sábado, 22 de noviembre de 2008

Recuerdo

Dos días después de haber aterrizado en el D.F., fuimos a almorzar a un restaurante de comida criolla. Mi mamá siempre me había comentado que su ambición de juventud era conocer México: la tierra de Antonio Aguilar, de Octavio Paz, de Cantinflas… “La tierra del aguacate” dije, mirándola con picardía, mientras me lanzaba el primer bocado…
Ella me miró con ternura. De pronto, un aura de tristeza se instaló entre ambos. Decidí hablar de otra cosa, de la universidad, de literatura. Lentamente sus manos se posaron sobre las mías. Sus ojos se transformaron en un par de gotitas, bellas, amargas. El recuerdo de papá ocupó la silla vacía. Entonces tuve la certeza de que el drama, volvería a repetirse…

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