viernes, 31 de mayo de 2013

La novela negra venezolana

Hace algunos días, escritores y periodistas se reunieron en el marco del festival del libro de Chacao para hablar de un género que poco a poco va tomando auge en el país: la novela negra. Específicamente, dieron a conocer sus experiencias al momento de abordar este tipo de narrativa, dentro de la colección Vértigo de la editorial venezolana Ediciones B, dirigida por la escritora Mónica Montañés.
            Entre los participantes, cabe destacar la presencia de algunos periodistas que cubren o han sido redactores de la fuente de sucesos en diversos diarios del país. Tal es el caso de María Isoliett Iglesias, periodista del diario El Universal, quien se estrena como autora del género con la novela “Me tiraste a la hembra pal piso”, en donde, de acuerdo con sus palabras, trata del secuestro de una miss, con todo lo que ello comporta es una sociedad de “misses” como la nuestra.
            Entre los escritores consagrados que quisieron sumarse a este proyecto, encontramos a Eloi Yagüe (1957), con el título “Amantes letales”, el cual terminé de leer hace algunos días. En primer lugar debo decir que la novela está escrita con un lenguaje sugerente pero sencillo a la vez. Trata de un policía, una psicóloga, y una prostituta, que desnudan sus más profundos deseos e inapetencias, pero también sus frustraciones, en medio del caos y la hipocresía de una sociedad de doble cara, superflua y feroz.
            En cuanto al policía, un hombre que sobrepasa los cuarenta años, y que encuentra el amor en una mujer joven y despampanante, que desempeña el oficio más viejo del mundo para costearse los estudios y atender a su hijo, es una persona solitaria, cuyos días se reparten entre el trabajo y el trago, hasta que encuentra en Araira (la joven prostituta), una nueva perspectiva, que desata toda una vorágine en su existencia.
            Otro de los personajes importantes de Amantes letales es la doctora en psicología Andrea Lina, una profesional joven y brillante, que no obstante, por azares del destino, descubre una parte que había ocultado de su intimidad.
            Una novela actual, donde se plantean de manera subrepticia o directa los problemas y los avatares de la sociedad venezolana de las últimas décadas, la corrupción, la mentira, el lado oscuro del alma, la fragilidad de los sentimientos.
            Estas relaciones fragorosas y letales se intensifican en escenarios de la noche caraqueña, la sexualidad desenfrenada de una urbe que parece no dormir. Esa cara lasciva que de una u otra manera, forma parte de nuestra psique, que nos involucra y nos relaciona sin escapatoria posible.
            La colección Vértigo, viene a ser un carburante de vital importancia en la proyección de la novela negra venezolana, la cual, de acuerdo con muchos críticos, viene despuntando en la narrativa contemporánea del país. En este sentido cabría recordar, “4 crímenes 4 poderes” de Fermín Mármol León, que sin ser una obra literaria de factura, constituye un antecedente infaltable de este género, que ha venido evolucionando progresivamente, tanto en autores como en público en general. (En la gráfica, María Isoliett Iglesias, periodista y autora de la colección Vérigo)