(Playa La Concha, San Sebastián, Mar Cantábrico, España)
Vaya forma, esta de amarte,
De desafiar al tiempo, anhelando
La tenue algarabía de tus huesos,
Desnudando el alma, a cada instante,
De frente al sol o luna llena,
Abrigando la pesadumbre sin fin de tus brazos,
Dándole de beber al insomnio
La gota penúltima del ardor…
Vaya algarabía, esta de amarte,
Con todo y dolor y sobresalto
Y llama y sueño loco, loco
Perdido en los mares sin fin de la ausencia,
Ausencia tuya de mí, de mi boca,
Del resoplar de tus labios
Del resoplar de tus pechos,
Mandarinas de eterna primavera,
Dones fortuitos que de la tierra manan,
Como flores o lluvia o canto silencioso
De gaviotas que emigran hacia nuevos horizontes
De desafiar al tiempo, anhelando
La tenue algarabía de tus huesos,
Desnudando el alma, a cada instante,
De frente al sol o luna llena,
Abrigando la pesadumbre sin fin de tus brazos,
Dándole de beber al insomnio
La gota penúltima del ardor…
Vaya algarabía, esta de amarte,
Con todo y dolor y sobresalto
Y llama y sueño loco, loco
Perdido en los mares sin fin de la ausencia,
Ausencia tuya de mí, de mi boca,
Del resoplar de tus labios
Del resoplar de tus pechos,
Mandarinas de eterna primavera,
Dones fortuitos que de la tierra manan,
Como flores o lluvia o canto silencioso
De gaviotas que emigran hacia nuevos horizontes