miércoles, 28 de enero de 2009

Tecleando sin...

Hubo un día claro y límpido. Hubo un soñar y una avaricia, de manos que se buscan, de muslos que se rozan en un murmullo de sábanas prestadas. Un tiempo adusto y lineal, un ambiente cualquiera, una necesidad oculta tras los ritos del día a día. Hubo una plaza y un hotel, de cuando en cuando, una palabra mal dicha y un tráfico de besos. (La palabra amor, sí, esa palabra). Fue cuestión de tiempo. Y entonces una noche, desenlace del corazón. Besos que caen, piel contra piel. orgasmo, lluvia, oquedad, dulzor, silencio. Entonces la nada, un adiós insifrible, una píldora para el dolor...

No hay comentarios: