jueves, 10 de abril de 2008

Soñar con serpientes

Anoche soñé con serpientes. Soñé que caminaba por un patio y luego por un camino de cemento envejecido y cuarteado, y que estaba como atardeciendo, y que de pronto me topé con un amasijo de serpientes de diferentes tamaños y colores. Aunque desde que tengo conciencia siempre le he tenido miedo a las arañas, debo admitir que en el sueño sentí pavor; ese sentimiento que te invade de extremo a extremo, y te pone, literalmente, la piel de gallina. Alguien estaba cerca de mí, pero no sabía exactamente quién. Sólo sentía esa sensación vaga de estar caminando con alguien, y de que ese alguien sabía que me encontraría, de un momento a otro, con un montón de culebras, enredadas entre sí.

Al despertar, recordé que hace algunos años, cuando aún vivía con mamá, ésta solía revisar el librito de San Cono, cada vez que le contábamos algún sueño. En una ocasión, una de mis hermanas soñó con serpientes. Mamá con voz solemne leyó lo que el librito decía al respecto: Soñar con serpientes quiere decir que usted se verá envuelto en problemas de chismes…

Que yo sepa, el señor San Cono se peló con el pronóstico. Mi hermana no tuvo problemas de chismes ni nada parecido. Lo que sí sucedió fue que dos días después de su sueño, supo que a su mejor amiga le había picado una culebra, mientras estaban celebrando algo, no sé qué, en el río Uribante…

(Por si acaso, mañana llamo a Guillermo, pues el fin de semana piensa celebrar su cumpleaños, en la finca de sus padres…)

No hay comentarios: