sábado, 14 de abril de 2012

Las ideas de Antonio Pérez Esclarín



Uno de los últimos libros del maestro, filósofo, escritor y conferencista Antonio Pérez Esclarín, “Educación Integral de calidad”, publicado por San Pablo, en 2011, es una especie de inventario de lo que ha sido el pensamiento educativo de este gran pedagogo venezolano, de origen español, cuyos pilares esenciales se fundamentan en la formación integral de los individuos, para que estos sean personas cada vez más humanas y felices. Una educación para la vida, en suma, en donde la familia y la sociedad juegan un papel preponderante.

Recuerdo que el primer libro que leí de Pérez Esclarín fue “¿Es posible educar hoy en Venezuela?”, hacia el año de 1995. Desde entonces, he tratado de poner en practicar muchas de sus enseñanzas y planteamientos. Labor nada fácil y que me ha llevado a considerarme un educador en continuo proceso de formación, un investigador a tiempo completo de nuestro sistema educativo y sus implicaciones en la vida social.

En tal sentido, comparto la filosofía educativa que Pérez Esclarín ha sostenido a lo largo del tiempo, cuando plantea una educación arraigada en la realidad de los estudiantes, de su entorno, de su realidad última, en donde los contenidos no sean fines sino medios que conlleven a la formación de las competencias más importantes, de modo que los alumnos, progresivamente, vayan asumiendo las riendas de su propio aprendizaje.

En este orden de ideas, el docente ha de convertirse en una suerte de puente que medie entre los conocimientos, conceptuales, procedimentales y actitudinales, que el estudiante tiene que desarrollar y el modo como éste debe proceder para lograrlo. Así pues, Pérez Esclarín resalta el valor indiscutible y vital de la tarea educadora: “Educar no puede ser meramente un medio para ganarse la vida, sino que tiene que ser un modo de dar vida, de defender la vida, de ganar a la vida a los demás, de provocar las ganas de vivir con autenticidad y libertad.”

Uno de los procesos a los que Pérez Esclarín ha hecho énfasis en casi todas sus publicaciones tiene que ver con la enseñanza de la lectura y la escritura, pilares fundamentales de todo sistema educativo. En cuanto a la lectura, advierte que ésta es una herramienta prodigiosa en la activación y desarrollo de la imaginación y la creatividad de los estudiantes. Sugiere la lectura de poemas, cuentos, leyendas, pues de acuerdo a sus palabras: “La lectura sumerge al niño en un mundo mágico, que a diferencia de la televisión que se lo presenta hecho y no requiere ningún esfuerzo, él debe imaginar.”

Los lectores autónomos, críticos, que empleen eficazmente la lectura como medio de aprendizaje y recreación, son el perfil que se requiere en toda sociedad que busque un mejor nivel de vida. En consecuencia, Pérez Esclarín aboga por un docente lector, investigador e intuitivo, que sepa interpretar este aspecto, y lo más importante, que lleve a cabo estrategias para tal fin.

En lo referente a la escritura, este insigne educador, sugiere que la escuela enseñe a los estudiantes a construir sus propios textos, dejando de lado la copia y la repetición. Sólo de esa manera, construiremos esa sociedad que tanto anhelamos, donde el amor, la honestidad, el respeto, la tolerancia sean los pilares fundamentales.

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