jueves, 31 de julio de 2008

sobre ferrys y otras circunstancias...


Todos los días veo los ferrys partir. Soy testigo de lo que pasa antes y después. De la masa humana que se agolpa, se extiende, se disgrega; pulula, hace ruido y se acalla de pronto, como una nube de abejas que va y viene.
Más allá, el horizonte, dispuesto entre mitades azules, y el sol seco y turbio brindando su energía, su luz, su fuego perenne...
Otra tarde que se multiplica y va a dar al pote del ayer. Mientras los ferrys como aldeas rodantes se pierden lentamente, como si se hundieran de pronto para nunca más volver...

miércoles, 30 de julio de 2008

Mascarada, jajajaja...

Ayer se marchó.
Se fue a la casa de su hermana Sofía.
Me dejó un papelito en la mesita de noche (como en esas películas o culebrones de antaño...¿Se acuerdan?)
Que ya no aguantaba más mi falta de carácter.
Que estaba harta de mantener a un escritor frustrado que ni siquiera sabía lavar sus propios calcetines...
Que esto y aquello y lo otro...

Ayer se fue, para siempre (como aquella canción de Magneto que nos gustaba tanto cuando nos conocimos).
La verdad me lo esperaba, pero no tan así, tan rápido, tan bruscamente. Es que aún no salgo del shok (¡vaya eufemismo!).
Una cosa es que aún no haya podido escribir la novela que estoy seguro me hará ganar, como mínimo, un premio Herralde, o un Seix Barral, etc. Pero otra cosa es que pregone por ahí que no sirvo para nada... Eso no.

Por cierto, Alejandra mía, si acaso lees la entrada de hoy (es decir esta...). Quiero informarte que se te olvidó, tirada al borde de la acera, la máscara de la chica superpoderosa... ¿Cuándo vienes por ella... amorcito?

martes, 29 de julio de 2008

Imágenes

Suelo encontrarme en cada posesión,
en cada recuerdo,
en cada cicatriz,
pequeña y frágil,
en cada horizonte sin mañana,
sin flores ni caminos,
en cada incensatez,
en cada silencio...

Suelo encontrarme absurdo frente al espejo,
con la mirada vacía, impenetrable y sucia...

Mi mundo vibra lejos de tus ojos, eso es todo.
allá afuera
arden los semáforos

lunes, 28 de julio de 2008

Sobre la guerra y el poder...

Al parecer no basta con las lecciones que la vida nos da a cada instante. Prisioneros de nuestros propios vicios y mezquindades, vamos acercándonos a la extinción. Cuánto vale una vida o dos, cuánto valen mil vidas o más... Cuánto es necesario que sufran aquellos que sin pedirlo forman parte de este gran corro de muerte y destrucción...
Hoy Hoy cuando el planeta nos revela los signos primarios de su muerte, cuando todo es relativo, y los sentimientos no bastan para sanar las cicatrices del odio y la venganza, nos hemos convertido en víctimas de nuestra propia deshumanización, en un proceso que no parece tener fin, y que muy al contrario, tiende a acelerarse cada vez más y más…

Aún habiendo otros caminos para la solución pacífica de nuestras diferencias sociales o políticas en un mundo cada día más globalizado, escogemos el camino de la guerra, en detrimento de la paz mundial. Ante esto, se suelen realizar reuniones, encuentros, en donde los “líderes” del mundo firman acuerdos, convenios, compromisos que a la postre no pasan de ser más que meras intenciones.

Sé que tal vez estas palabras no logren su cometido (no sé hasta qué punto la literatura ha ayudado a mejorar este tipo de situaciones), tal vez queden como meras intenciones, vacuas y absurdas, navegando en el horizonte sin fin del ciberespacio…

(pero no tengo otra opción...)

sábado, 26 de julio de 2008

¿Crees en el destino?

Que te vas a casar en diciembre, lo dijiste, sin que un ápice de rubor empañara tus palabras... Que debes pensarlo bien, dijo alguien, porque a tu edad el matrimonio es una ilusión, después, al cabo de los años, puede convertirse en algo tan amargo como el tedio... etc, etc...

(Yo estaba sentado a tu costado derecho, la mirada fija en el movimiento de tus manos, en el leve entreabrir de tu boca)

-Diciembre es un buen tiempo, no hay duda. Así podran estar todos tus hermanos. Yo mismo habré regresado de mi viaje. Ya ves, cosas del destino. ¿Crees en el destino? Fíjate... Yo, no...

-Pero, en fin, me alegro por ti. Y no lo digo por decirlo, me conoces de sobra... Bueno, eso creo.

(Te quedaste pensativa por unos instantes. Una sonrisa resplandeciente te decoró el rostro... Afuera se escuchaba un regetón, el cielo estaba limpio...)

En diciembre nos vemos, amiga, en diciembre...

jueves, 24 de julio de 2008

La cita

Aquí estoy otra vez, como siempre. “Un café tinto, por favor”. “Sí, sin leche”. “Gracias”. Creo que son las doce y treinta, más o menos. No puede ser, otra vez la misma cancioncita cursi de siempre, las mismas caras, el mismo menú, y el reloj que no se cansa y la mesa de costumbre. Todo, como siempre.

Allá afuera, la muchedumbre de todos los días, sobre todo a esta hora: los buhoneros y sus tiendas de baratijas y fritangas, los vendedores de compactos piratas y sus minitecas ambulantes, el smog, el ruido de los automóviles, la bullaranga de los escolares que salen de las escuelas y los liceos... “A la orden, señor”... “Gracias”. Y la realidad pesa, pesa, y me abruma nuevamente.

Entre tanto, tú me espiabas en medio del tumulto en la acera de enfrente (arriba un sol de plomo, arde, que arde...) ¡Qué calor!, dijo de pronto una mujer, en la mesa contigua, echándose aire con la lista del menú. Me buscabas de mesa en mesa, con esa mirada saltona, mientras los comensales llegaban, se sentaban, discutían algunos, reían otros, se enamoraban, reñían, mandaban todo al carajo, se mantenían silenciosos... Tú me espiabas, estática en tu mundo (25 años, delgada, morena, ojos inquietos, cabello apresado en una cola) pendiendo entre la duda de asistir o no a mi encuentro. Dubitativa, taciturna. Con ese pantalón que tanto me gusta (sobre todo cuando te lo quitas...) y aquella blusa clara, plegada tenuemente a tu figura. Me pensabas, me anhelabas, estabas excitada, con las mejillas resplandecientes... (Arde, que arde...)

Ya llevo en la cuenta cuatro cafés y un cachito de jamón y queso. Hasta me ha dado tiempo de releer el diario: las mismas noticias, todo sigue igual; ninguna esperanza, el mundo es una mierda... Y aquí no estás, como otras veces...

Te recordaba desnudo. Tímido. Con los labios rojos y los ojos aún más oblicuos que de costumbre. Dibujando poemas de amor en el aire acondicionado de una pieza de motel cualquiera. Soñador, loco. Como siempre.

Me espiabas, como un perfecto voyeur. Y la gente te tropezaba. Cuidado, vale. Permiso... Dos pasos hacia adelante, dos pasos hacia atrás. Te disponías a cruzar la calle. Ahora no... Ahora sí. Y arriba un sol de plomo derramándose inclemente, y, entre tanto, unas gotitas de sudor se alojaban discretamente entre tus senos (ay, Dios mío). Y la estúpida canción de siempre... Y yo sin ti.

Son la una. En la pequeña tele del local comienza el absurdo melodrama: la misma vaina de siempre: amores imposibles. Protagonistas flacas con las tetas abultadas de silicona. Los tipos tienen unos cuerpos arrechísimos: hormonas inyectadas por todos lados: bíceps, tríceps, pectorales, y seguro que el cosito lo tienen de adorno... (sonrío solo, como un bobo, como siempre...)

¿Qué estarás haciendo? Ya tengo los dientes negros de tanta cafeína; tengo gases y arrechera mezclada con algo de tristeza. ¡Cónchale, vale!

Puede que alguien nos vea, pensaste, acomodándote el cabello, que se interponía de cuando en cuando entre tus ojos y el mundo: una calle abarrotada, un sol intenso, un tipo medio loco esperando en un restaurante a alguien que no llega y que lo espía desde lejos. Pobrecito, murmuraste. ¿Qué harás? Seguro estarás que explotas. Ah, corazón. ¿Qué ropa traerás? Seguro la que a mí me gusta tanto; te conozco, bobito. Y por su puesto estarás bien afeitadito, y con gelatina en el pelo, papito rico. Arrugaste la cara en una mueca imprecisa que no se sabía si era de alegría o tristeza.

Una y pico. Coño è la madre. Y lo malo que soy yo para esperar...

El hombre dobló el periódico en dos, con cierta parsimonia, y lo guardó en el bolso. Se levantó sin prisa, dirigió una mirada seria al otro lado de los ventanales del restaurante y se esfumó entre el sopor de la tarde y la avenida atestada de gente. (Allá arriba: el sol arde, que arde; gira que gira, como en los óleos de Van Gogh...).

La joven llegó a tiempo para ver el final de la telenovela, se sentó como por un reflejo mecánico, con la cabeza en dirección a la pantalla del televisor, colocó el bolso sobre la mesa, movió a un lado el florero recargado de girasoles artificiales, pidió un cachito con jamón...


(febrero de 2004)

miércoles, 23 de julio de 2008

poema 12

Eres mía.

Lo sabe el viento
De la alta noche.
Lo sabe tu almohada
Y tu blue jeans...

El rincón infatigable de tu alma
Donde habita mi imagen,
Con cinco kilos menos...

Renacimiento

Ya no estás
Ya te has ido
Volando con las nubes más altas
Aterida al último poro de vida
Apaciguada por las gaviotas del sur
Que en medio del éxodo
Repiten tu nombre

Ahora tu blanca silueta se transfigura en el aire
Y algún día resucitarás en las cosas más simples
Puede que en el aire marchito de una tarde cualquiera
En todo lo que tocaste
Tus pasos deambularán la ruta
Se multiplicarán en cada ser
En cada camino

Tu voz retumbará en las piedras
Emergerá entre los arbustos
Las flores crecerán con las semillas de tus cabellos
La alondra y la golondrina susurrarán que existes
El limonero resplandecerá con la luz de tu vientre

Los días serán una sucesión de nostalgias
Tu mano invisible repartirá cintas de colores
Los arco iris te ofrendarán su iridiscencia
Renacerán por siempre tu sonrisa y tu figura
Seguirás viva en la esencia del mundo
Total y vibrante como un mar apacible
Que te brinda sus dones de espuma y remolino

Renacerás en derredor
Tan tú como ninguna
Y las estrellas y el cielo
Se vestirán de lluvia nuevamente…

martes, 22 de julio de 2008

inexorable

voy buscándote entre las líneas,
entre los renglones solitarios,
entre las puntuaciones que no saben de ti,
puntos y comas frías, vacías,
tíldes que se me escapan de pronto,
reticentes...

voy buscándote entre verbos,
que vibran y empujan sus vocablos
como caballitos de seda y tinta,
buscando la sintaxis,
que les permita ser en la semántica...

voy buscándote en lo tierno
de un poema de amor,
inexorable...

lunes, 21 de julio de 2008

hojas de otoño

Y pensar que esta hamaca donde ahora me recuesto
Sostuvo la gravedad de su cuerpo,
Que sus manos pequeñas se aferraron al borde, que su tacto sintió el relieve de la tela, que sus dedos jugaron con las flores y las hojas del estampado.

Y pensar que todo está como siempre,
Que el sol inaugura cada mañana
Su brillo de eterna algarabía,
Que la noche apaga los silencios del día,
Que el reloj no cesa de marchar hacia el futuro

Mientras mi alma camina hacia el pasado
Queriendo reconstruir
El momento exacto en que su cuerpo adquirió la forma del menguante
En esta vieja hamaca
El momento en que sus ojos se entrecerraron lentamente
Y sus manos se desmayaron como palomas
Cálidas y quedas como hojas de otoño.

domingo, 20 de julio de 2008

calle abajo

Y algún día
nos encontraremos

como un par de latas
de cerveza vacías

rodando por las calles.

sábado, 19 de julio de 2008

cadáver exquisito (i)

Érase un pueblo, un país donde la gente deambulaba con los ojos cuadrados, no tenían manos pues las habían perdido por falta de uso. No tenían piernas, pues éstas les eran amputadas al nacer. Vivían la vida sin muchas complicaciones. La palabra amor y lo que ella implicaba era una enfermedad, de la que huían aplicándose inyecciones o arrojándose a los trenes (carros, en nuestro caso).
No usaban calendarios, de hecho esta palabra no existía en su escueto vocabulario. Para ellos el día era uno solo. Los años eran medidos según los latidos del corazón: la ecuación era simple: años= latidos del corazón-noches de insomnio...

(Don Pedro dejó de escribir. Iban a ser las 2 de la mañana... Al cabo, se tomó el trozo de diazepan, se fue al cuarto, se recostó lentamente, la mirada enrojecida y vidriosa, en dirección a la ventana...)

ídem (final)

Nunca pensé que andar en helicóptero fuera tan bonito. Es verdad que al principio tuve mucho miedo, pero después el miedo se fue transformando en un cosquilleo en la barriga, inofensivo, pasajero. Algunos de los que viajaron con nosotros se marearon, entre esos Pedrito, porque se quedó mirando mucho tiempo por la ventana; hasta vomitó... Yo también miré, pero no tanto. Mi papá me lo dijo bien clarito, "no mire tanto por la ventana porque de pronto se avomita..." Le hice caso...

Cuando llegamos al hospital, corrimos a la sala de emergencia. En uno de los cuartos estaba Esther, acostada, con una mangerita pegada a la mano. Mamá estaba sentada a su lado. Esther tenía los ojos chiquititos. Mamá comentó que la fiebre ya le estaba bajando...

Como a las tres de la tarde, un camión de la guardia nos llevó de nuevo a la Isla. Ya habían arreglado un poco la carretera. Esther estaba mejor. Por el camino me puse bravo con ella, porque no me quizo dar Gatorade...

China boda, como siempre de egoista, pero ya va a ver cuando me pida algo...

viernes, 18 de julio de 2008

ídem...

Era un ruido como el del motor de la lancha del padrino Juan de Dios, pero como si se tratara de un motor gigante. Mi papá me agarró de la mano con fuerza. Nos dirigimos a la cancha. A medida que nos acercábamos, el ruido y el viento se hacían más fuertes…
Diez minutos después, el helicóptero atravesaba el río Uribante. Era un río marrón, grandotote; tuve miedo… Mi papá hablaba con la tía Carmen sobre Esther y mi mamá; ellas estaban en el Piñal. Parece que estaban bien.
-¡Qué susto, señor Carlos!- exclamó con un dramatismo exagerado la señora Blanca… Luego habló de otros vecinos, quienes lo habían perdido todo…
-Así es- Doña… replicó papá, con los ojos llorosos, quizá pensando en las gallinitas que estaba engordando para diciembre…

jueves, 17 de julio de 2008

cuando llueve en mi pueblo...

Escribo sentado en un viejo pupitre, lo único que pudimos salvar... Eran como las dos de la madrugada. Tuve mucho miedo. La lluvia no cesaba y mi papá comenzó a gritar nuestros nombres... A mi lado dormía Esther, estaba como muerta del sueño; luego no sé qué pasó...

El año pasado fue lo mismo. Pero la casa de nosotros no sufrió tanto. Recuerdo que la de Pedrito fue invadida por las aguas y que perdieron muchas cosas... Orejas se murió, pobre perro. Pedrito lloró mucho, todavía lo recuerdo.
Amaneció. El cielo está gris, el sol no se ve...
Mi papá estuvo llorando; lo sé por sus ojos...
Esther no sé que se hizo... y sigue lloviendo...

miércoles, 16 de julio de 2008

muerte...

Tal vez ese día te levantaste más temprano, o más tarde. Tal vez te asomaste a la ventana, empujado por una inquietud inusual. Te quedaste mirando un poco la lluvia, reparaste en un gesto extrañamente nuevo para ti. Quizá pensaste en la muerte como algo vago y sin sentido... Ocho horas antes de aquel fatal desenlace, de aquel dolor que ahora nadie puede conocer, de aquella sangre brillando bajo el sol de la tarde, de aquel grito aciago, que desde ahora y para siempre retumbará en tus oidos...

martes, 15 de julio de 2008

lo que escribí despu{es de la lluvia

La mujer destapó la olla de manera mecánica. Luego, con un cucharón, extrajo un poco de sopa y la probó para verificar si tenía el toque de sal necesario. Arrugó un poquito la cara. Buscó un potecito, lo destapó, sacó más sal… Luego abrió la mano sobre el agua hirviente y la regó como de semillas. Eran casi la una. Los niños en la calle jugando al fútbol. Y allá arriba el sol ardiendo sobre su rostro descompuesto. Él recordó los días de la infancia. ¿Cómo era posible?, pensó, ¿Tanto esfuerzo para qué? Y el sol que ardía sobre el mundo pendiendo de un cielo seco y sin nubes… La mujer abrió la ventana, pues el calor comenzaba a fastidiar. ¿Adónde se habrá metido? Interrogó a la nada, mientras observaba a los niños corriendo y gritando como espectros temblorosos bajo la canícula de octubre. Pensó en ellos, comprendiendo que jamás volvería, que sus latidos estaban contados, que se iba desgranando su alma en cada tic-tac, en cada graznido de las aves del verano, en cada ráfaga, en cada recuerdo…

Habla con ella...

Anoche vi una película de Almodóvar: Habla con ella. Me gustó. Como es habitual en Almodóvar, la historia retrata el complejo mundo de las relaciones humanas, de los instintos... Aunque la historia no es algo del otro mundo, me mantuvo entretenido, y en algunos casos me sorprendió, sobre todo el desenlace, más bien algo tradicional... Es una buena opción...

lunes, 14 de julio de 2008

ejercicio literario

A partir de hoy haré todo lo posible por escribir y publicar diariamente en el presente blog. Me parece que será un gran ejercicio literario. Voy a escribir de mis experiencias del día a día...Bueno, por lo visto, de eso se trata el asunto... En muchos casos serán "borradores" que iré puliendo y si es posible volveré a publicar... Espero que aquellos que por casualidad lean esto, me acompañen en esta nueva manía...

domingo, 13 de julio de 2008

abrí la ventana

Abrí la ventana
Y le pregunté al silencio
Por los amores extraviados
Hace tiempo

Por los e-mail escritos
En noches de vodka o soledad,
Por los malos pensamientos que nacieron
De pronto
Cuando te vi desnuda en los espejos
De moteles solitarios

Le grité tu nombre como un loco,
Enardecido de pensarte hasta el despecho:
Una madrugada más de juerga y bronca
Queriendo deshacerme de mí mismo…

Abrí la ventana a la intemperie
De pensarte y pensarte, ajado y triste

El silencio se rompió con la mañana
Con el ruido de la calle y de la gente…

jueves, 10 de julio de 2008

Poema en 7

Fuiste un arrebato repentino
Una recurrencia amable y cruel
Como si me hubieras deseado más allá de tus ojos
Como si tu cuerpo cupiera justo en este horizonte
Donde nada te aguarda ya,
Salvo el desatino de buscarte a destiempo
Entre cosas caídas.

Cuéntame el cuento...

Cuéntame el cuento, amor,
Mientras la noche danza,

Cuéntame el cuento, amor,
De músicas y sueños,
En la penumbra
Donde la alfombra acoge los latidos
De tu pie que se pierde en la distancia,

Cuéntame el cuento amor
Interminable
Que broten de tus labios los quejidos,
Los sollozos, las risas, los murmullos,
Los dolores sin dolor de la nostalgia,

Cuéntame el cuento amor
Una y mil veces,
Mientras la noche danza en los abismos
Mientras mi alma busca tu contacto
y la mañana vuelve sin tu cuerpo…

Cuéntame el cuento, amor…
Que tengo frío…

donde la noche te precisa

Allí donde la noche te precisa,
Te aguardan mis manos.

sábado, 5 de julio de 2008

Mujer Contemporánea

Estás sola en el mundo:
En tu mundo
Sola
Con un regalo y un silencio,
Algo qué decir
Y qué callar.
Sola porque sí:
En la vida, en la muerte.
Sola en las palabras, en los sueños.
Con tu otro yo,
Con tu líbido
Encarnado y hambriento.
Sola
Triste, vacía,
Escrutando astros,
Alimentando placeres furtivos
Sola, mujer,
Desgraciadamente sola...
Y el teléfono no suena

miércoles, 2 de julio de 2008

Destierro

Despierto. La mañana estrena sus tules. Penetra el ámbito de mi alma, ilumina las cortinas y corrige el horizonte. Me decido a vivir, a ser. Sigiloso me sacudo el humo de la noche; sin ti, oh mujer, por quien sucumbí al desvarío y me destierro cada día de mi propia comarca.

martes, 1 de julio de 2008

borrador de poema

Por ti
Se encienden y se apagan las interrogaciones
Por ti el ocaso es más oscuro

Por ti el silencio aprende el abecedario del día
Por ti la muerte embalsamada es un espejo

Por ti es más blanda la piedra del orgullo
Por ti la risa del triste resplandece en las ventanas
Por ti…

Todo por ti,
Que nunca acudes…