Y pensar que esta hamaca donde ahora me recuesto
Sostuvo la gravedad de su cuerpo,
Que sus manos pequeñas se aferraron al borde, que su tacto sintió el relieve de la tela, que sus dedos jugaron con las flores y las hojas del estampado.
Y pensar que todo está como siempre,
Que el sol inaugura cada mañana
Su brillo de eterna algarabía,
Que la noche apaga los silencios del día,
Que el reloj no cesa de marchar hacia el futuro
Mientras mi alma camina hacia el pasado
Queriendo reconstruir
El momento exacto en que su cuerpo adquirió la forma del menguante
En esta vieja hamaca
El momento en que sus ojos se entrecerraron lentamente
Y sus manos se desmayaron como palomas
Cálidas y quedas como hojas de otoño.
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